Mahoma, "el
alabado", no es el fundador, sino el profeta del Islam, el enviado de
Dios. Vivió en La Meca de 570 a 622 de la era cristiana, y luego hasta 632 en
Medina. Su emigración (hégira) señala el comienzo del calendario
musulmán, que es lunar.
El Corán, en árabe
"predicación", es la palabra de Dios descendido sobre Mahoma por
intermedio del arcángel Gabriel. Constituido por 114 azoras o
capítulos, el Corán es inimitable; inspira toda la vida social y religiosa de
los musulmanes.
A partir de la sucesión del Profeta, el Islam se
dividió en dos conrrientes principales: sunnía y chiíta.
Los sunnitas (90%) se refieren a la sunna, la tradición
del Profeta, y al consenso de la comunidad formulado por cuatro escuelas
jurídicas reconocidas. Divididos en varias tendencias, los chiítas
otorgan gran veneración a Alí y a los descendientes del Profeta
por parte de su hija Fátima. El Islam también tiene la orientación mística de
las cofradías sufíes, preocupadas por la cohesión interior del
Islam.
"Decid: Creemos en Dios y en lo que se nos ha
hecho descender y en lo que se hizo descender a Abraham, a Ismael, a Isaac, a
Jacob y a las doce tribus; en lo que fue dado a Moisés y a Jesús; en lo que fue
dado a los Profetas por su Señor; no diferenciamos entre ellos y Le somos
sumisos" (azora 2,136).
Un solo Dios (en árabe Alá) revela un
mismo mensaje ‑adaptado a las circunstancias de la historia‑ a sus
profetas y enviados, el último de los cuales es Mahoma. Al pacto primordial que
liga al conjunto de la humanidad a Dios corresponde el fin último, el juicio de
Dios que hace de la vida una prueba. En el camino que lleva a Dios ‑la
Verdad‑, la revelación y la fe son la luz y la orientación.
La vida musulmana sigue las prescripciones del Corán
y el ejemplo del Profeta. "Dios manda la injusticia, la beneficencia y
la caridad para con los allegados, y prohíbe la torpeza, lo reprobable y la
injusticia" (azora 16,90). Y también: "La fe es adorar a Dios
como si lo vieras, pero si no puedes verlo, él con seguridad te ve"
(Palabra del Profeta).
El reconocimiento de Dios impone permanentemente la
aplicación de la justicia con miras a un resplandor práctico de la fe. La
medida, el decoro y la generosidad deben caracterizar las relaciones personales
y sociales del musulmán.
Respeto particular por las "gentes del Libro",
judíos y cristianos sobre todo, aunque los musulmanes piensan que ha habido
alteraciones en los mensajes anteriores, que el Corán vino a rectificar. "Llama
a la senda de tu Señor con la sabiduría y la bella exhortación. Discútelos con
aquello que es más hermoso" (azora 16,125).
La plegaria ‑salat‑ marca
cinco veces por día la vida del creyente puesto en relación inmediata con su
Creador, sin olvidar la dimensión comunitaria de la plegaria en la mezquita.
La limosna legal ‑zakat‑ de
2,5% de la fortuna tiene valor de purificación y justicia social.
El ayuno del mes de ramadán exige
abstenerse de alimento y bebidas, así como de cualquier impulso pasional, desde
el alba hasta el crepúsculo. Tiene valor de adoración personal y de solidaridad
comunitaria con los más desposeídos.
El peregrinaje a La Meca ‑hayy‑,
al menos una vez en la vida, hace participar al conjunto de los musulmanes del
lugar simbólico de la unicidad de los creyentes.
Todo es lícito, con excepción del cerdo así como el
alcohol y cualquier otra forma de droga. Tradicionalmente, se debe degollar a
los animales invocando el nombre de Dios.
El nacimiento es una bendición de Dios. Los varones
son circuncidados en la infancia; desde la pubertad, varones y mujeres observan
las prácticas islámicas. El matrimonio es el estado normal del musulmán; el
creyente emprende cada acción invocando el nombre y la misericordia de Dios. En
el momento de la muerte, él mismo o un allegado recita la profesión de fe.
El viernes es el día de la plegaria acompañada de la
prédica en la mezquita.
Aid El‑Fitr: la fiesta de ruptura
del ayuno al término del ramadán es una invitación a compartir y a la alegría.
Aid el‑Adha: la fiesta del
sacrificio en el último día del peregrinaje es ocasión para los musulmanes de
sacrificar ‑lo más común‑ un cordero, en memoria del Sacrificio de
Abraham.
Entre las otras fiestas se puede mencionar: Achura:
los chiítas conmemoran el martirio de Husein, nieto del
Profeta. Mulid: la piedad popular celebra el nacimiento del Profeta.
Miraj: recuerdo del viaje nocturno del Profeta y de su ascensión
a los cielos.